INFORME DE CARTERA: MAYO 2022

Análisis Económico Financiero

El conflicto desatado con la invasión de Rusia a Ucrania fue un evento no esperado que modificó el
escenario económico y político global. La actual coyuntura internacional es ventajosa para aquellos
países exportadores de commodites especialmente agrícolas y de energía. Si las circunstancias
fueran otras, deberíamos estar hablando sobre la ganancia relativa que debería tener la Argentina
en términos de entradas de divisas, aumentos de reservas, mejora económica, crecimiento,
oportunidades de expandir mercados y cerrar acuerdos estratégicos con importantes países de
Europa (principales compradores del gas ruso). La realidad es totalmente opuesta, las malas
políticas económicas y pobres incentivos generan acciones contrapuestas a las necesarias para
aprovechar esta situación extraordinaria que se le presenta a nuestro país. Entre los principales
problemas que presenta nuestra economía, uno de los más serios es la alta nominalidad producto
de una dinámica de precios totalmente descontrolada. Este fenómeno afecta y complica el
comportamiento de otras variables como la tasa de interés y el tipo de cambio. La suba de precios
de marzo de 6,7% mensual y luego el alza de 6% mensual de abril generaron complicaciones a la
autoridad monetaria. Un incremento de precios de esta magnitud opera en sentido contrario a los
objetivos comprometidos con el FMI, obligando al BCRA a volver a elevar por quinta vez
consecutiva en el año la tasa de interés (+200 bps) colocando la tasa de referencia en 49%,
bastante por debajo de lo que sería una tasa real positiva. El BCRA tiene los grados de libertad
muy acotados ya que el tamaño de los pasivos remunerados (5,6 billones de pesos) hace que el
alza de la tasa de referencia encuentre límites obvios, pero también es consciente que esta tasa no
puede estar por debajo de la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial porque aumentan los
incentivos a no liquidar y adelantar importaciones llevándole reservas al BCRA. En síntesis, el BCRA
tiene un desafío muy grande que por el momento se percibe de difícil resolución. Existe un atraso
del tipo de cambio real multilateral del orden del 7% producto de que los precios internos
corrieron casi al 27% (estimando 4% de inflación para mayo) y el tipo de cambio solo aumentó
poco más del 15%. Además, a principio de año la apreciación del real brasilero ayudaba bastante y
ese fenómeno se modificó en marzo. Al BCRA le cuesta muchísimo atesorar reservas en el mejor
momento de liquidación del agro (con liquidación récord) del orden de casi los USD 12.000
millones de dólares. Partiendo de un acumulado hasta abril de 23% (dato oficial) y dependiendo de
la inflación mensual que vemos para los próximos meses es que podemos estimar el rango de
inflación esperado para el 2022. Si consideramos que desde mayo a diciembre la inflación mensual
se ubica en el 4% finalizaríamos con una inflación acumulada del 68%. Si en cambio estamos un
escalón más arriba, 5% mensual todos los meses hasta finalizar el año terminaríamos en una anual
de casi 82%. Creemos hay altas probabilidades que finalicemos con una inflación anual de entre el
70%-80% para todo el 2022. Las razones principales se encuentran en la aceleración del crowling
peg, los ajustes tarifarios, las paritarias salariales, entre otras. Creemos que todos estos factores,
adicionados a una mayor emisión dificultará muchísimo perforar esos pisos mensuales del 4%-5%,
dejando determinado una inflación anual para todo el 2022 muy alta. De este escenario surge la
posibilidad de tener una retracción económica para el segundo semestre y un escenario de
estanflación.
La Cartera Administrada finalizó el mes positiva 0,85%. Nuestras principales tenencias son: Galileo
Event Driven (52%), Ternium Argentina (5%), YPF (5%) y Loma Negra (5%).
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